El amor impulsó a Kasia Kotficki a dejar su Polonia natal y emigrar a España el 20 de enero de 2001. “Apenas llegué me pareció un país maravilloso por sus colores, totalmente distintos al gris que tiene Polonia por su clima”, confiesa.
En Madrid, Kasia ha vivido algunos de los mejores momentos de su vida, como el nacimiento de sus dos hijas. Sin embargo, no todo ha sido perfecto. Hace unos años fue víctima de violencia machista cuando su marido la apuñaló dos veces y casi le causa la muerte.
“Cuando te despiertas de una agresión tan grave como la mía o cualquier tipo de accidente, tu vida cambia radicalmente. Ya no prestas atención a las cosas grandes sino a las cosas pequeñas”, advierte. Esta mentalidad le permitió superar ese suceso con valentía, hasta el punto de que hoy se rebela contra el término víctima y asegura que es una “superviviente”.
Desde que su caso se hizo público, ha dedicado parte de su tiempo a ayudar y aconsejar a otras mujeres afectadas por la violencia de género. También ha participado en una subcomisión del Congreso para exponer su historia y debatir sobre cómo enfrentar este problema.
Kasia ve el futuro con esperanza. “España tiene mucha riqueza por los propios españoles y por los extranjeros que hemos llegado aquí. No me arrepiento nunca de haber venido, ni en los días más negros. Es una experiencia tremenda y me ha enriquecido mucho como persona y no me veo en otro sitio del mundo”, revela 17 años después.